En el pasado ya habíamos teorizado sobre si merecía la pena o no comprar una silla gaming para jugar con el móvil y, siguiendo esa misma dirección, hoy vamos a contaros cuáles son las diferencias principales entre una de estas sillas y una silla de oficina de toda la vida.
Muchas personas que habitualmente juegan sentadas frente a un escritorio no tienen claro qué pueden aportar esas sillas de «colores neon y extraños cojines cervicales», por lo que vamos a explicar un poco algunas de sus características más diferenciales.
3 diferencias clave entre una silla gamer y una silla de oficina
Antes de empezar recuerda que este tipo de sillas no tienen por qué estar limitadas a jugadores habituales, sino que están indicadas para cualquier persona que pase mucho tiempo sentada frente al ordenador. Así pues, si por ejemplo trabajas o estudias en casa, una silla gaming puede ser una compra más que recomendada. Hecho el disclaimer, ¡vamos con las diferencias!
Mismo uso pero diferente intensidad

Aunque tanto las sillas de oficina como las sillas para gamers están especialmente diseñadas para ser usadas durante muchas horas seguidas, lo cierto es que las sillas gaming suelen añadir un plus de durabilidad. A fin de cuentas, los gamers o streamers profesionales pasan sentados en ellas bastante más tiempo que las habituales cuarenta horas semanales del oficinista medio.
Precisamente por eso, las sillas gaming incluyen tapizados más resistentes, una estructura reforzada que aguanta más peso, y en definitiva, unos acabados bastante más durables. Fíjate bien en como los diseños de las sillas gaming están pensados para durar, sobre todo si nos vamos a modelos de Newskill o Diablo, puedes ver más opciones en Sillalandia.com.
Comodidad personalizable
Quizás el punto más favorable y diferencial de las sillas gaming. A nada que nos rasquemos el bolsillo podemos encontrar modelos con todo tipo de extras configurables: respaldo abatible hasta 180 grados, reposabrazos 100% configurables, cojines lumbares y cervicales móviles, reposapiés extensibles…

Mientras que la inmensa mayoría de sillas de oficina se quedan en el ajuste en altura y en inclinación del respaldo, las sillas gaming ofrecen un enorme abanico de posiciones, siempre con la idea de adaptarse al máximo a nuestro cuerpo y favorecer así una buena postura corporal.
El confort se paga
La comodidad que las sillas gaming ofrecen es más que evidente. Gracias a su ergonomía configurable como a los materiales con los que están fabricadas, son algo así como un sillón rígido de diseño moderno. Uno se siente más a gusto y con la espalda más asegurada que con una silla de oficina (si no nos crees, visita una tienda física y prueba algunos modelos de sillas gaming: notarás la diferencia).
Ahora bien, si queremos disfrutar de una silla gaming como dios manda no hay más remedio que «soltar billete», y es que los modelos más recomendados suelen partir de los 200 euros. Así pues, nos tememos que el precio es una de las diferencias más acuciantes entre las sillas de oficina de toda la vida y las sillas gaming.
Piensa por ejemplo que la Markus, el modelo con más éxito de IKEA, mantiene un precio fijo de 169 euros, un importe respetable para el grueso de usuarios. Por eso mismo, antes de comprar tu primera silla gaming merece la pena que pruebes al menos tres o cuatro modelos, para que así tengas la seguridad de que realizas una buena compra. ¿Valdrá la pena el gasto? Muy posiblemente, sí.